viernes, 29 de agosto de 2014

Aún con monocultivos, el valor de la diversidad existe en la Costa.

Bocetos de dibujo en taller / Foto: Pk Thevetia

Cantón El Empalme, Guayas. Ecuador. La vida en ciudad te cambia. Más a quienes crecieron al lado de montañas, mar, valles o ríos. Ese no es el problema, sino que el cambio lleve a consumos innecesarios, pasividades mentales o injusticias sociales. El cambio que se requiere es para conocer e implementar alternativas que protejan la tierra que nos da vida.

Este reto que involucra más a jóvenes y hombres en comunidades de la costa, también se observa en oriente, sur, centro (cada uno en sus propios tintes) según lo compartido por compañeros y compañeras durante los talleres de Valor-arte campesino que hemos realizado.

El pasado  15 de agosto integrantes de la caravana desde FOTAE-NA en El Empalme se convocaron para realizar la primera sesión del proceso “Valor-arte campesino”. Entre la exposición y la puesta en común de su realidad en tierras donde desde hace 20 años el campo ha cambiado, “ya no interesa tanto la naturaleza sino más el dinero”  ya que –por ejemplo- se tumban árboles para sembrar monocultivos. La diversidad se está olvidando, como el trabajo en minga y el fortalecimiento de la organización civil. Los conflictos de químicos no es lo único que envenena a la población sino la historia de mafia en el territorio.
Exposición de ejemplos arte campesino / Foto: Pk Thevetia

El reto es constante pero no queda otra, más que seguir luchando por nuestro derecho a decidir qué sembrar, qué comer y cuál es el valor de mi producción. Conocer otras realidades, en otros territorios nos recuerda que no somos pocos y con el escudo de la esperanza y la espada de la organización social, la soberanía alimentaria puede ser alcanzada.

En la costa algunas realidades que afectan el suelo y por ende el futuro de estas tierras son los monocultivos como la palma africana con sus 4.196 hectáreas en Guayas, cacao con 79.768 Has. o el banano que a nivel nacional contiene más de 170 mil en el país. El valor campesino adquiere fuerza cuando recordamos qué queremos y conocemos e implementamos formas creativas de obtener dicha felicidad.

Entre las álgidas opiniones en FOTAE-NA salieron temas como el consumo desmedido en las familias, las enfermedades continuas a causa del estrés que “se podía tratar con medicina natural” señaló una madre joven del grupo, sin embargo no hay mucha capacitación al respecto y/o interés de la comunidad en recibirla. Algunas compañeras con ciertos conocimientos en medicina natural se enfrentan a la renuencia de la familia acostumbrada a la inmediatez que generan los medicamentos químicos sin ver sus implicaciones. “Tener más empeño en creerlo-saberlo” es necesario, mencionaban en aquella acalorada tarde en El Empalme. 

Asistentes campesin@s con proceso de más de 5 años en la agroecología y otros con desarrollo de estrategias en menos tiempo y tierra, se vieron interesad@s en responsabilizarse del documento necesario para el IIENA sobre sus propuestas de agenda agraria territorial, y de la expresión artística y escrita hacia una agenda agraria nacional agroecológica.
Parte de la Caravana FOTAE-NA hacia el IIENA
Foto: Pk Thevetia


Al final del taller, dibujaron sus primeros bocetos donde manifestaban mucho la necesidad de fuerza y unión entre todas y todos. Que el interés en organizarse renazca, decían en el taller. La continuidad de este proceso de “valor-arte campesino” para realizar la manta de 5 x12 metros se estará monitoreando desde el equipo cea por si existiera alguna duda o comentario al respecto.

La asistencia de campesin@s al II Encuentro Nacional de Agroecología es fundamental para comprender y compartir las formas de trabajo que se implementan con el actual contexto político, económico, cultural y ambiental que vivimos en el Ecuador.


Para más información del II ENA
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